EE. UU. y Japón sellan acuerdo comercial con impacto global

25.07.2025

El 22 de julio de 2025 EE. UU. y Japón anunciaron un acuerdo que reduce los aranceles a importaciones japonesas al 15 % (antes podían llegar al 25 %). A cambio, Japón invertirá USD 550 mil millones en EE. UU. y facilitará acceso al mercado estadounidense. El acuerdo fue celebrado como un respiro para los mercados mundiales, aunque algunos sectores —como la automotriz norteamericana— advierten sobre desigualdad competitiva. 

Washington D.C. / Tokio – 24 de julio de 2025 – Estados Unidos y Japón han finalizado un acuerdo comercial "masivo" que promete redefinir sus lazos económicos y establecer un nuevo precedente en las negociaciones comerciales a nivel mundial. El pacto, anunciado por el presidente Donald Trump, busca aliviar las tensiones arancelarias y abrir nuevos mercados, con implicaciones significativas para la economía global.

El acuerdo, que se esperaba con gran expectación, establece un arancel recíproco del 15% sobre las importaciones, una reducción considerable desde las tasas más altas que Trump había amenazado con imponer (hasta el 25%). Aunque los detalles completos aún no se han revelado, se ha confirmado que Japón se comprometerá a una inversión de 550.000 millones de dólares en Estados Unidos. Trump afirmó en su plataforma Truth Social que el 90% de los beneficios de esta inversión se destinarían a EE. UU., aunque esta particularidad ha generado cierto debate y la necesidad de aclaración por parte de Japón.

Beneficios Clave para Ambos Lados

El acuerdo busca generar ventajas mutuas:

  • Para Japón: La principal ganancia es la reducción de los aranceles sobre las importaciones de automóviles japoneses a EE. UU. del 27.5% al 15%, lo que representa un alivio sustancial para gigantes como Toyota y Honda. También se aplica una reducción del 25% al 15% en otros bienes, evitando una escalada arancelaria prevista para agosto.

  • Para Estados Unidos: El acuerdo abre el mercado japonés a una serie de productos estadounidenses, incluyendo automóviles, camiones, arroz y otros productos agrícolas. Esto es crucial para la agricultura estadounidense y busca equilibrar la balanza comercial entre ambos países.

Impacto y Repercusiones Globales

Este pacto va más allá de las fronteras bilaterales y tiene un impacto global considerable:

  1. Establece un Nuevo Modelo de Aranceles: Economistas sugieren que el límite del 15% acordado podría convertirse en el nuevo estándar para las negociaciones arancelarias de EE. UU. con otros socios comerciales clave. Esto ofrece una mayor claridad para las empresas a nivel mundial que han lidiado con la incertidumbre política.

  2. Alivia Temores de Guerra Comercial: La finalización de este acuerdo ha contribuido a calmar los mercados financieros globales, que habían estado nerviosos por la posibilidad de una escalada de aranceles que podría desencadenar una guerra comercial a gran escala. Las bolsas de valores, incluido el Nikkei 225 de Japón y las acciones de fabricantes de automóviles europeos con exposición a EE. UU., reaccionaron positivamente.

  3. Presión sobre la UE y China: El acuerdo con Japón intensifica la presión sobre la Unión Europea y China, que también enfrentan plazos inminentes (1 y 12 de agosto, respectivamente) para cerrar acuerdos comerciales con EE. UU. o arriesgarse a la reimposición de aranceles punitivos aún más altos.

  4. Movimientos en Asia: Se espera que este acuerdo impulse a otros exportadores asiáticos, como Filipinas e Indonesia (con quienes EE. UU. ya ha firmado acuerdos con aranceles del 19%), a acelerar sus propias negociaciones comerciales para asegurar términos favorables.

  5. Inversión y Empleo: El compromiso de inversión de Japón en EE. UU. (550.000 millones de dólares) tiene el potencial de generar cientos de miles de empleos, según la administración Trump.

A pesar del optimismo general, algunos detalles del acuerdo, como la naturaleza precisa de la inversión japonesa y la distribución de sus ganancias, aún requieren aclaración. No obstante, la concreción de este pacto marca un punto de inflexión en la política comercial de EE. UU. y proyecta una nueva fase en las relaciones económicas internacionales.